"Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros" (Éxodo 3:10-14).
Mi oración hoy es que recordemos, u oigamos el llamado que Dios nos hizo y sigue haciéndonos a todo su pueblo hoy. También oro para que coloquemos ese llamado en acción y sin excusas. Recordemos, si estamos tratando de decidir si Dios nos ha llamado, es porque realmente Él nos ha llamado. Si no nos hubiera llamado no estaríamos luchando si somos o no somos llamados.
Principios bíblicos sobre el llamado de Dios:
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Dios nos invita a venir a Él. Él no nos invita a "hacer", Él nos invita a estar con Él y a ser partícipes de su naturaleza: "Ven, por tanto, ahora" (v. 10). "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mateo 11:28). "Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres" (Mateo 4:19) "Entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa" (Salmos 101:2).
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Una vez que vamos a Dios y experimentamos su presencia, su transformación a nuestras vidas, tenemos su "sentir" y "corazón", entonces, Él nos envía: "y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel" (v. 10). "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19). "Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío"(Juan 20:21).
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Una vez que Él nos envía y nos da la misión, nosotros tenemos excusas, PERO Él tiene certidumbres (seguridades) que nos garantizan que Él cumplirá la misión por medio de nosotros (Éxodo 10:11-14).
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Primera excusa de Moisés: "¿Quién soy yo? (v. 11). Al darnos cuenta de la gran misión, inmediatamente nos damos cuenta de lo indignos que somos, que no tenemos ni las más mínimas calificaciones para cumplir la tarea. "Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios" (1 Corintios 15:9). "A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo" (Efesios 3:8).
- Primera respuesta de Dios a la Excusa de Moisés:
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No irás sólo: "Ve, porque yo estaré contigo" (v. 12). "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 19:20).
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La misión será exitosa: "y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte" (v. 12).
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Segunda excusa de Moisés: ¿Quién es mi jefe que me envía, qué autoridad tiene el que me envía, cuáles son sus credenciales, qué tipo de poder tiene?: "Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?" (v. 13). "Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones... " (Mateo 28:18-19).
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Segunda respuesta de Dios a la Excusa de Moisés: Dios le dice: Yo soy el inigualable, el Dios de la historia, el Dios de tus padres, el Dios todopoderoso, el que ha sido, el que es y el que será: "YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros" (Éxodo 3:14).
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